Aislamiento térmico es un proceso que se utiliza para reducir la transferencia de calor entre dos superficies o ambientes. Este proceso es fundamental para mantener una temperatura confortable y constante en el interior de un espacio cerrado, ya que evita que el calor se escape en invierno o que ingrese en verano. Se utiliza en diferentes tipos de construcciones, desde viviendas y edificios comerciales hasta instalaciones industriales y vehículos.
Existen varios materiales que se utilizan para ello, cada uno con diferentes características y beneficios. Uno de los materiales más comunes es la fibra de vidrio, que se utiliza en forma de paneles o rollos y tiene una alta capacidad para reducir la transferencia de calor. Otros materiales comunes incluyen la lana de roca, el poliestireno expandido, la espuma de poliuretano y el corcho.
Se puede instalar en diferentes partes de una construcción, como en los techos, paredes, ventanas y puertas.
Los beneficios son muchos. En primer lugar, reduce el consumo de energía y, por lo tanto, disminuye el costo de la calefacción y el aire acondicionado. Además, mejora la comodidad en el interior de los espacios cerrados, ya que mantiene una temperatura constante y evita la formación de condensación y humedad.
También es beneficioso para el medio ambiente, ya que reduce la emisión de gases de efecto invernadero al disminuir el consumo de energía.
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